Es importante que de esta actividad no solo el profesor saque conclusiones, sino que consigamos que nuestros alumnos hagan una reflexión sobre su propia participación en el juego.
Para ello hemos elegido un juego llamado "EL TREN CIEGO":
Para comenzar, dividimos a los alumnos en grupos de cuatro (aproximadamente) que posteriormente su situarán formando una fila cogidos de los hombros y con los ojos tapados.
Este será un tren muy especial, puesto que el maquinista será el que va en último lugar y será quien guíe el tren y no se tape los ojos.
Para guíar el tren habrá unas normas establecidas:
Para girar a la derecha: se golpea ligeramente el hombro derecho del compañero que tenemos delante hasta que el mensaje llegue al primer vagón y este ponga en marcha el tren.
Para girar a la izquierda: se golpea ligeramente el hombro izquierdo.
Para parar: se toca el centro de la espalda del compañero que tenemos delante.
Para ir recto: se toca al compañero en la cabeza.
Para ir hacía atrás: tocamos al compañero en la tripa.
Cuando el tren choca, se queda averiado y será el momento de cambiar al maquinista.
El juego se repetirá tantas veces como consideremos oportuno con un recorrido delimitado o no.
Es importante que observemos el comportamiento de nuestros alumnos durante la actividad para que podamos conducir la posterior reflexión de una forma adecuada.
Una vez hayamos jugado y participado en él, cada alumno tendrá que contestar a las siguientes preguntas en su cuaderno: (Debemos pedirles que justifiquen sus respuestas y no se limiten a escribir una palabra o un monosílabo).
1. ¿Cómo me he sentido?
2. ¿Qué es lo que más me ha gustado?
3. ¿Qué es lo que menos me ha gustado?
4. ¿He cumplido las reglas del juego?
5. ¿He confiado en mis compañeros?
Una vez que todos lo hayan completado, pondremos las respuestas en común en gran grupo y reflexionaremos sobre ellas.
RESULTADOS DE LA ACTIVIDAD:
Aquí os muestro algunas de las fotos que he ido tomando a medida que se desarrollaba la actividad, el juego les ha gustado mucho y su nivel de motivación ha sido muy alto en todo momento.
En cuanto a la reflexión, ha sido muy productiva puesto que cada alumno ha podido explicar a sus compañeros cómo se ha sentido y los motivos que le han hecho sentirse así. Esto les permite comenzar a valorar sus propias actuaciones y las de sus compañeros para empezar a ser más críticos y reflexivos.
En ocasiones actuamos de una determinada manera y no nos paramos a pensar en si ese comportamiento es o no mejorable; o si nos hemos sentido mal, cuál ha sido la razón que ha motivado esa sensación. Con este tipo de actividades, empezamos a dotar a los alumnos de recursos útiles para este tipo de situaciones de su vida cotidiana.
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